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lunes, 27 de abril de 2020

Relato Erótico : Aventura con el padrastro de mi amiga

Aventura con el padrastro de mi amiga

Pasamos toda la tarde nadando en la piscina, yo aguantando las bromas que Elena hacia acerca de mi vello púbico que luchaba por salir por las orillas de mi bikini cada vez que me daba un chapuzón. Realmente la estábamos pasando bien.

Don Miguel estaba a unos cuanto metros de nosotras en la pequeña mini cocina que tenían al lado de la piscina, trabajando en algo de sus negocios. Lo veía sortear hojas y mas hojas de papel al tiempo que de repente levantaba la mirada para ver como nos zambullíamos en la piscina.

Los trajes de baño que había escogido Elena eran demasiado pequeños, por lo tanto cada vez que salia de el agua tenia que ajustármelo para cubrirme ya sea mis pezones que se escapaban de el top del traje o acomodar mi vello púbico que salía por los bordes del bikini por el efecto del agua. Obviamente todo esto lo hacia posicionándome descaradamente enfrente de don Miguel, al que volteaba de repente a verlo y mas de una vez lo atrapé mirándome. El solo atinaba a bajar la cabeza apenado al sentirse descubierto. La situación era tanto divertida como cachonda.

-'Eres una puta' -me dijo Elena riendo.

-'Ah chingao! Porque me dices así? -contesté.

-'Como porque? Te has pasado todo el día exhibiéndote a mi padrastro. Ya lo tienes todo atolondrado, ni trabajar lo dejas wey'

-'Jajaja No mames, no es cierto. Yo no tengo la culpa que los bikinis que escogiste no alcancen a taparme nada. Además si el quisiera podría meterse a la casa, nadie lo tiene aquí afuera a fuerzas'

-'Bueno, en eso tienes razón. Pero pues es su casa, puede estar donde el quiera y obviamente lo que quiere es estar viendo a mi amiga la puta' -dijo Elena, llamándome otra vez de esa manera.

-'Ya no me digas así, pendeja. No me gusta' -le respondí.

-'Jajaja Ahora resulta que no te gusta. Si bien que que te encanta que te digan así cuando estas cogiendo'

-'Pues si wey, tu lo has dicho. Cuando estoy cogiendo hasta la madre me pueden mentar. Así ahorita pues no, se siente feo jajaja' -le dije tomándola por sorpresa y jalándole el top del bikini hacia abajo, a lo cual sus pechos saltaron libres.

-'Ahhhh wey, no mames! -gritó Elena queriéndose cubrir sus senos con ambas manos y acomodándose el top.

-'Sigue chingando y te encuero, bitch' -le dije riéndome y alejándome a la parte media de la piscina para evitar que me hiciera lo mismo. Voltíe de repente a ver a don Miguel y lo atrapé mirándonos de nuevo. Levanté mi mano en forma de saludo al cual me respondió sonriendo y levantando su mano también, dejándole claro de que no había problema que me mirara.

-'Elena......no te molesta que tu padrastro me vea o que yo me exhiba ante el? -pregunté a mi amiga con cautela.

-'Amy....no estoy pendeja. La relación entre mi mamá y mi padrastro es mas por interés que por amor. Con el tiempo me he dado cuenta que ellos hacen lo que quieren cada uno por su lado, y ambos lo saben. Si ellos quieren vivir asi, pues allá ellos. Yo no soy quien para decirles que hacer con sus vidas, ya son adultos, no? -refutó mi amiga todavía batallando con acomodarse su top.

-'Bueno, pues eso es cierto. Pero es raro' -dije.

-'Jajaja Tu familia tampoco se queda atrás en lo raro. Empezando contigo, pinche ninfómana! Asi que si te lo quieres coger a mi padrastro, pues tu sabes. Nomas que no se entere mi mamá. Por mi no hay problema' -dijo Elena tirándome la seña con el dedo medio.

-'No soy ninfómana wey! Solo soy sexualmente activa Jajaja' -le contesté aventándole agua con mis manos.

-'O lo que es lo mismo, te encanta la verga' -dijo Elena zambulléndose al agua para evitar que la salpicara de agua.

Don Miguel contestó una llamada en su cel, y se levantó dirigiéndose a la puerta. Minutos después regresó dirigiéndose a nosotras.

-'A ver chicas, sé que se están divirtiendo pero tienen que comer algo' -dijo don Miguel al tiempo que se acercaba con varias cajas de pizza y una bolsa plastica con botellas de refresco.

-'Esperese deje le ayudo, no se le vayan a caer!' -dije mientras saltaba fuera de la piscina, aun con agua escurriendo de mi cuerpo. Llegué a donde estaba el y entre los dos acomodamos las pizzas y las bebidas en la pequeña barra que estaba en el patio cerca de la piscina. Aunque no podria decir que fueran 'millonarios', los padres de Elena tenian una buena posicion economica que les permitia tener una casa bastante lujosa.

Don Miguel no apartaba su mirada de mis pechos, que al correr hacia el rebotaban impudicamente. Mientras trataba de ayudarlo, bajé mi mirada a mis pechos, notando que uno de mis pezones habia salido del bikini, y se mostraba completamente a la mirada de don Miguel. Al tener mis manos ocupadas no podia acomodarme el bikini para ocultar el travieso pezon rosado.

-'Jajaja Perdon, que pena! -dije.

-'Ahhh, no te preocupes. Accidentes pasan!' -me dijo don Miguel tratando de minimizar el incidente, pero sin dejar de verme mis pechos que lucian empapados de agua. Sentir su mirada sobre mi volvió a ponerme erectos los pezones, haciendo aun mas risible la situacion.

Pusimos un par de cajas de pizza calientes en la barra, junto con las bebidas y servilletas mientras Elena se acercaba hacia nosotros, al tiempo que yo trataba de acomodar mi bikini con ambas manos. Don Miguel se sentó en un taburete de bar, tomando su propia rebanada y una cerveza fría.

-'Creo que tomaré una cerveza, hace demasiado calor aquí' -dijo sonriendome en una especie de complicidad.

-'Mmmm, pepperoni! Mi favorita! lo único malo de la pizza es lo mucho que nos engorda' -dijo Elena, seleccionando una rebanada y poniéndola en su plato

-'No puedo permitirme ganar nada de peso, especialmente si pienso seguir usando este bikini!' -dije mirando a don Miguel.

-'Usted es un hombre, don Miguel......Qué piensa? ¿Cree que necesito perder peso?'

Me paré frente a el, con una rebanada de pizza en una mano y en la otra un refresco, mientras trataba de 'modelar' mi cuerpo frente a el, como si deveras esperaba su opinión.

Aunque no tenía una protuberancia visible en la barriga, mis enormes pechos sobresalían impudicamente. Mis pezones se endurecieron nuevamente al sentir la mirada nerviosa de don Miguel. La cara burlesca de Elena me decía que no creía que estubiera exhibiendome ante su padrastro de esa manera.

-'Qué piensa? Mi vientre es demasiado grande? - pregunté a don Miguel.

-'No, Amy, no seas tonta. No estás gorda' -dijo Miguel. 'Ambas son hermosas y sexys'

Elena me miró sonriendo y gesticulando la palabra PUTA en silencio.

-'Gracias Señor Miguel' -dije mientras Elena y yo divertidas intercambiabamos miradas.

-No quiero romper el momento, pero......puedo tomar una cerveza?' -dijo Elena, interrumpiendo mi descarado cachondeo con su padrastro.

-'Mmmmmm, sabes que a tu madre no le gusta que tomes. Y a mi tampoco, debo decir' -dijo el padrastro de Elena,

-'Lo sé, pero pues mi mamá no esta aqui y pues....una no es ninguna. Ándale, no seas malito, si? Me dejas? -dijo Elena a su padrastro, haciendo puchero de niña chiple. Eso nunca falla, pensé para mis adentros.

-'Ok, pero si te hace cruda, no me culpes ni me descubras con tu madre. No quiero problemas'

-'Ok papi, prometo guardar el secreto' -dijo Elena divertida mientras tomaba un par de botellas.

-'Y tú Amy, sabes guardar secretos tambien?' -me dijo don Miguel, de una forma que a todas luces era en doble sentido.

-'Claro, cualquier cosa que pase aqui en su casa me lo llevaré a la tumba como secreto inconfesable' -le dije sonriendo y sin apartarle la mirada de igual manera tratando de que entendiera el doble sentido en mi respuesta.

-'Ok, pero tampoco abusen. Solo un par de cervezas y ya' -nos dijo don Miguel, mas para zafarse de alguna culpa que verdaderamente prohibirnos tomar de mas.

Pasamos el resto de la tarde platicando y contando divertidas anécdotas, en compañía de don Miguel. Yo aprovechaba para lucirme delante de el en la mas minima oportunidad. Igual Elena aprovechaba las distracciones de su padrastro para seguir tomando. Pasado el tiempo decidimos que ya era hora de ir a dormir, no solo por lo tarde si no porque Elena ya daba muestras de haber bebido demasiado.

-'Bueno, vamos a rendirnosss, papaá' -dijo Elena, con su voz ronca y arrastrando las palabras. 'Gracias de nuevo por llevarnosss al centro comercial, por las pizzasss, la cervezaa y por todoo. Buenas nochesss, duerme bien'

Ella se inclinó para besarle la mejilla, tropezando torpemente sobre su padrastro. Definitivamente Elena habia tomado demasiado y la cerveza habia hecho su efecto. Miguel la abrazó rápidamente para evitar que cayera al suelo, mientras yo soltaba la carcajada involuntariamente.

-'Jajajaja perdon, yo se que no deberia reirme pero no pude evitarlo' -dije apenada a don Miguel.

-'Ahhh no te preocupes. Esta niña tonta que no sabe tomar. Me ayudas a llevarla a su recamara? Yo la cargo, tu solamente abreme las puertas' -me dijo Miguel al tiempo que cargaba a Elena. Con el movimiento los pechos de Elena escaparon de su diminuto bikini.

-'Ooops! Ya le dimos show sin querer' -le dije divertida tratando de acomodar el top del bikini de Elena.

-'Jajaja Lo sé, y vaya show. No me puedo quejar, la verdad' -dijo don Miguel sin dejar de ver los hermosos senos de su hijastra.

-'Toda la culpa es de Elena, que me convenció a que usáramos estos trajes de baño tan pequeños' -dije mirando mis propios pechos a ver si no se habían escapado mis pezones también.

-'Bueno, eso sera una cosa que le tengo que agradecer a esta niña boba' -dijo don Miguel, ya acostando a Elena en su cama tiernamente.

No bien acabaron de acostarla cuando ya Elena estaba roncando con la bocota abierta. Cerramos la puerta y don Miguel y yo nos dirigimos a la cocina de la casa. Miguel abrió el refrigerador, sacando dos cervezas y ofreciéndome una, la cual de inmediato tomé.

-'Espero que lo de guardar secretos haya sido en serio, Amy. No me gustaria que Marel se entere de la borrachera que Elena se puso por mi culpa' -me dijo don Miguel al tiempo que chocaba su botella con la mia en una especia de brindis. Marel es la mamá de Elena.

-'Jajaja Noooo, ya le dije que cualquier cosa que pase en esta casa se queda en secreto entre usted y yo' -dije sonriendole picaramente.

-'Cualquier cosa, Amy? Segura, segura?' -dijo don Miguel tanteando el terreno. Estaba por dar el paso pero obviamente queria estar seguro. Decidí ser yo quien diera el primer paso.

-'Cualquier cosaaaaa' -dije arrastrando las palabras y tomando un gran trago de la cerveza, para luego acercarme a el y plantarle un beso aún con mi boca llena de cerveza, la cual escurrió por entre nuestros labios hambrientos.

Don Miguel respondió a mi beso repegando su cuerpo contra el mio. Sus manos inmediatamente se fueron hacia mis carnosos pechos. Habia estado provocandolo todo el dia que se moría por tocarlos, apretarlos, tenerlos entre sus manos. Sin interrumpir el beso, me levantó en sus brazos y me llevó escaleras arriba, cruzando la sala al estilo de noche de bodas. Quería besarlo, tocarlo, manosearlo, pero tampoco quería distraerlo mientras subíamos las escaleras me imagino que hacia la recamara.

Una vez que llegamos al dormitorio principal, me acostó en la cama, se quitó rápidamente la ropa y se arrastró sobre mí. Inmediatamente, su boca poseyó de nuevo la mía en un caliente y apasionado beso. El saber que estabamos en la cama donde cogia con su esposa me prendió muy cabron. Podía sentir sus manos correr arriba y abajo de mi cuerpo, acariciando mis pechos, mi cintura, mis nalgas.

Su mano se deslizó debajo de el top del bikini, y la levantó, sobre mi cuerpo, desnudandome. Una vez que mis pechos estuvieron expuestos, su boca estaba sobre ellos. Él alternó de uno, y luego al otro; besando, chupando, mordisqueando y mordiendo suavemente hasta que mis pezones rosas estaban llenos de su saliva.

-'Dios, no sabes las ganas que tenia de hacerte esto' -dijo mientras amasaba mis grandes pechos.

-'Chupeme, muerdame don Miguel. Mis tetas son suyaaas' -le decia yo con mi voz cortada por el placer.

Pasé mis dedos por su pelo grueso, lleno de incipientes canas. Su boca y sus manos me estaban volviendo loca, y podía sentir que mi vagina se humedecía con sus hábiles cuidados. Se notaba su experiencia. Era un hombre, no un niño. Ni siquiera mi novio Franki u cualquier otro me habia prendido de esa manera. Entre gemidos, traté de dirigirlo.

-'Más abajo ... Por favor, don Miguel ... más abajo …' -lloriqueé. Mi pezón se salió de su boca.

-'Dime que quieres'

-'Mi vagina ... pon tu boca en mi vagina'

Él sonrió. No hay nada mas excitante que una mujer rogando por sexo y ambos lo sabiamos. Su rostro me indicaba que le encantaba que le suplicara y decidí incorporar eso al momento que estabamos viviendo.

-'Por favor, don Miguel ... no se burle de mí. Quiero sentir su lengua en mi. Quiero sentir su verga' -dije haciendo incapié en llamarlo 'don'. Queria dejar claro el hecho de que el era un hombre mayor y yo su adolescente conquista.

Se tomó su tiempo, tentadoramente, atormentándome. Lentamente besó su camino por mi estómago mientras sus manos nunca dejaban mis pechos. Su boca viajó más al sur hasta mi ombligo, su lengua entrando y saliendo. Solté un pequeño gemido cuando me mordió, dejando pequeñas marcas de dientes en mi estómago. Lo escuché inhalar profundamente.

-'Puedo oler tu coño, me encanta lo caliente y húmeda que te encuentras'

-'Por favor, don Miguel ... Por favor …' -gemí mientras intentaba desesperadamente bajar la cabeza.

Cogiéndome por sorpresa, él envolvió sus brazos debajo y luego a través de mis muslos. Luego me empujó hacia la cabecera de la cama, al mismo tiempo que separó mis piernas y levantó mi culo del colchón quitandome de tirón la parte baja de mi traje de baño.

-'Oh Dios!' -gemí cuando hundió su lengua dentro de mi empapada vagina.

Casi de inmediato, sentí como si un rayo atravesara mi cuerpo. Pude sentir su lengua lamer las paredes de mi vagina antes de salir y mover hacia arriba a mi clítoris. Jadeé cuando se llevó mi pequeño botón a la boca y comenzó a chuparlo deliciosamente. Gemí entre pequeños sorbos de aliento. Sus manos aún estaban sobre mis pechos, y él estaba alternando entre amasarlas y apretar mis pezones con la punta de sus dedos. Sentí que mi orgasmo comenzaba a desarrollarse mientras continuaba su ataque contra mi vagina. Todo mi cuerpo se sentía como si estuviera en llamas mientras él continuaba lamiendo mi clítoris.

-'Solo un poco más, don Miguel ... solo un poco más …' -dije sabiendo que no me contestaria pues tenia su rostro enterrado en inchada vagina y tomando mis jugos.Traté de contener mi orgasmo tanto como pude porque no quería que terminara el placer intenso que me estaba dando. Desafortunadamente, solo pude durar unos segundos más antes de soltar y liberar mi cuerpo.

-'Ahhhhh… aaaahhh.. haaaww!! Ahhhh ….aaaaggggg gggg….ggg me voy a venir!! Me voy a veniiir' -grité al tiempo que sentia como mil descargas electricas cruzaban sobre mi cuerpo, soltando chorros de liquidos que fueron a caer directos a la cara de mi macho. No todas las mujeres podemos hacer squirt al llegar al orgasmo, y don Miguel me premiaba poniendo su boca abierta, avida de mis flujos vaginales, tomadoselos, tratando de no desperdiciar ni una gota.

Mi cuerpo no dejaba de temblar y don Miguel no dejaba de comerme por mi panocha. Y sin poder evitarlo un orgasmo más llegó con toda su fuerza soltando cantidades de jugos en la boca de mi macho, esta vez acompañado de chorros de orines como siempre me pasaba.

-'Agghhh....queee ricooogg.....que ricog meg cogeeee don migueeel. Quieroo mas, quieroo maaaas' -decia yo jadeando, luchando por articular palabras. Jamás hasta ahora alguien me habia provocado un orgasmo tan devastador con solo hacerme sexo oral. Definitivamente estaba con un hombre.

-'Me encanta como gimes y jadeas como una perrita, Amy' -me dijo don Miguel cariñosamente, con su rostro empapado con mis jugos.

-'Si papi,...si.....soy su perrita. Soy su puta perra cogelona, papi. Y usted es un hombre. Un hombre de verdad y no chingaderas' -le dije recuperando un poco el aire.

-'Te miras hermosa con tu carita de niña y diciendo malas palabras. Me calientas como no tienes idea, Amy' -dijo don Miguel dandome un beso en los empapados pelos de mi vagina.

-'Digame como quiere que hable, yo lo obedezco. Yo hablo como usted me diga. Yo puedo ser quien usted quiera. Una puta, una niña, una perra. Puedo ser su esposa. Puedo ser Elena si usted quiere, pero no deje de lamberme, de chuparme papi' -le dije ansiosa de sentir su lengua dentro de mi nuevamente. Lo sentí tensarse al escuchar el nombre de su hijastra, pero de inmediato recuperó la compostura. No sabia yo si habia pasado los limites, pero decidi seguir con el juego. Queria enloquecerlo de pasión. Habia yo leido tantos relatos de amor filial que me mataba la idea de descubrir si en verdad esas cosas pasaban.

-'Eres una perrita sexual, Amy, y eso me encanta mi muñequita' -dijo mi hombre con su rostro húmedo con mis jugos. No le respondí, solo saqué mi lengua de forma erótica simulando ser una perra en celo y dejando caer mi saliva por mis labios.

-'Estás listo para un poco más?' -preguntó con voz ronca.

-'Quiero su verga en mi boca' -dije en voz baja.

Moviendose en la cama, se colocó encima de mi de manera que su rostro quedó en mi vagina y su miembro en mi cara, haciendo un delicioso 69. Pasé la punta de mi lengua por la cabeza de su pene y recogí el liquido pre-seminal que se había formado allí. Podía escuchar un gemido silencioso deslizarse por sus labios. Lo agarré en mi mano y su verga se sintió viva mientras palpitaba y revoloteaba.

Juguetonamente pasé mi lengua arriba y abajo por la parte inferior de su pene, lo que provocó que escaparan gemidos de sus labios. Cuanto más jugué con su miembro, más semen se filtró de la cabeza de su verga. Hice un sonido lascivo, mientras recogía esas pequeñas gotas que se habían acumulado en la punta de su erecto miembro. Las sorbia haciendo escandalosos ruidos con mi saliva en mi boca.

Tomándolo por sorpresa, metí su verga profundamente en mi boca. Pude oírlo jadear y gemir mientras lo trabajaba dentro y fuera de mi hambrienta boca.

Tomé una respiración profunda, relajé mi garganta, y comencé a meterlo más profundamente. Un reflejo nauseoso inmediatamente me llegó, provocandome ganas de vomitar, mientras luchaba por acomodar su enorme miembro dentro de mi boca. En cuestión de segundos, lo llevé hasta la raíz.

-'Asi bebé, asii, cometela toda mi amor. Te gusta?' -me decia don Miguel con su voz en una mezcla de ternura y pasión.

-'Meg guggta mucggghoo. Me guggtaaa mucggho gu vegggaaa' -trataba de responderle con mi boca llena de su pene, haciendo que mi boca produciera enorme cantidad de babas que escurrian por mis comisuras hasta llegar a mi cuello y mi cabello. Trataba de gritar, de alzar mi voz para que Elena nos escuchara. Era tanta mi calentura que deseaba que Elena despertara y me encontrara teniendo sexo con su padrastro. La verga de don Miguel me impedia gritar, mas el hecho de que Elena estaba muerta de borracha tambien influia a no poder realizar mi cometido. Pero solo de pensarlo sentia como mi vagina se empapaba de jugos.

-'Agghh, asi perrita....asiii....cometela toda, mi amor' -me decia don Miguel, empujando aun mas su miembro dentro de mi boca, que en la posicion en la que estaba encima de mi me imposibilitaba moverme y empujaba mi cabeza enterandome en la cama.

-'Ggggghhhh.....gemmeee maaggg....gemme magggg!' -traté de animarlo a que me diera mas verga, pero luego me fue imposible al sentir los efectos de su profunda penetración en mi garganta, provocandome arcadas que anunciaban mi inminente vomito.

Su respiración cambió y supe que se estaba acercando. Podría haberse corrido en mi boca si quisiera, pero en cambio, gentilmente me apartó. Al sentirme libre de su miembro, respire profundamente por mi boca, tratando de tomar aire y escupiendo una gran cantidad de babas que fueron a caer en sus testiculos, para luego escurrir a mi rostro.

Ya recuperada de mi aliento, tomé uno de sus testículos en mi boca y lo lamí suavemente.

-'Oh Dios, Amy ... Sí ... eso se siente bien'

Me dio tanto placer saber que estaba disfrutando de lo que estaba haciendo. Abrió más las piernas, lo que me dio un mejor acceso. Continué chupando y lamiendo suavemente sus redondos huevos mientras provocaba suaves gemidos. Quería prenderlo, calentarlo, ponerlo a mil. Darle el mejor sexo de su vida, hacerlo olvidarse de su puta esposa.

Inconscientemente, comencé a lamer mas allá de sus testiculos y un escalofrío erótico corrió por mi cuerpo. Me había involucrado en las lambidas de culo otras veces con mujeres que sabía que lo disfrutaban y les encantaba corresponderme. Lo acababa de hacer con Elena unas horas antes. Sin embargo, la idea de hacerlo con un hombre nunca se me había pasado por la cabeza, hasta ese momento.

Vacilante, empiezo a lamer más arriba, lo que llamó inmediatamente la atención de don Miguel y nuestros ojos se encontraron. Por unos segundos, silenciosamente me miró como si estuviera cuestionando si era lo suficientemente valiente como para hacerlo. En ese punto, más que nada, quería abrir nuevos caminos. Quería complacerlo de una manera que nunca había hecho antes. En ese momento, no era algo que quería, sino algo que necesitaba. Lamí un poco más cerca de su ano hasta que su voz rompió el silencio.

-'Solo tu lengua, nada más' -dijo

Le brindé mi mejor mirada sexy y picante. 'Sí, papá' -dije seductoramente tratando de imitar la voz de Elena,

Suavemente, lamí su culo varias veces y pude oírlo gemir y sentir su cuerpo tensarse. Dios, él ama esto. Recogí la mayor cantidad de saliva que pude en la punta de mi lengua para la lubricación, y lentamente comencé a empujarla dentro de su pequeño agujero fruncido. Don Miguel dejó escapar un gemido bajo y gutural. Me acerqué más a él y pude deslizar mi lengua un poco más profundo.

Unos segundos más tarde, una de sus manos tomó mi cabeza y comenzó a empujarme, indicandome que continuara yo lambiendo su culo. Después de unos momentos, pude escuchar su respiración cambiar y supe que se estaba acercando. Por un momento, pensé que iba a perder el control, pero en el último segundo posible, él me empujó y fue capaz de recuperar la compostura. Rompiendo el riquisimo 69 que estabamos haciendo. Para ser un hombre mayor, tenia bastante control.

Me acercó a él y me dio un beso largo y húmedo. Después de que rompió nuestro abrazo, habló.

-'Eres jodidamente increíble Amy' - dijo con voz profunda y ronca.

No pude evitar sonreír.

-'Quiero su verga dentro de mí, don Miguel' -dije cachondamente.


Me acercó a él y me dio un beso largo y húmedo. Después de que rompió nuestro abrazo, habló.

-'Eres jodidamente increíble Amy' - dijo con voz profunda y ronca.

No pude evitar sonreír.

-'Quiero su verga dentro de mí, don Miguel' -dije cachondamente.

En lo que se acomodaba para penetrarme pude verlo desnudo completamente por primera vez. A pesar de ser un señor que pasaba los 50 años, estaba bastante bien conservado. No tenia panza, y aunque no estaba musculoso si tenia un cuerpo bastante cuidado y trabajado por el gym, me imagino. Tenia el pecho, los brazos y las piernas cubiertas de vello. Era un hombre muy atractivo.

Don Miguel puso sus grandes manos en mis caderas y guió su erecta verga hacia mí. Me empujó hacia atrás en la cama y luego se movió hacia arriba, su peso me aplastaba sensualmente. Podía sentir su pene presionar contra el interior de mi muslo, y rápidamente lo tomó en su mano y encontró mi apertura.

-'Ughhhh......papiiii. Que grande verga tieneeeeee' -le dije al sentir como la cabeza de su pene empezaba a empujar mis labios vaginales, que se abrieron al contacto con su verga.

-'Asi Amy, asiii......abrete para mi, mi niña' -me dijo don Miguel, sintiendo como mi peluda vagina lo recibia ansiosa.

Mi panocha estaba tan resbaladiza y mojada por los juegos preliminares. Mi cuerpo ofrecía poca resistencia y se hundió en mí con un golpe largo y suave. Su pene se sentía tan grande dentro de mí.

-'Agghhhh don Migueeeel! Me esta abriendo todaaaa! -jadié al sentir su grueso miembro abrirse paso.

Intenté pero no logré contener un pequeño grito. Su verga me llenaba. Luego, con un último golpe duro, logró entrar en mí por completo, llenandome. Me estaba penetrando profundamente. Grité en voz alta y él cubrió mi boca, tratando de silenciarme para que no nos escuchara Elena.

Don Miguel me montó ansiosamente, abriendo mis piernas al maximo para poder tener mas dominio de mi cuerpo y llegar mas profundamente. Lo cual estaba teniendo exito, pues sentia su enorme verga llegarme hasta el estomago, lo cual claro que no sucedia pero la sensacion que me causaba me hacia pensar que asi era.

Sus grandes y ásperas manos acariciaban y apretaban mis enormes tetas, para luego bajar desde la parte superior de mi cuerpo hasta el torso y las caderas. Don Miguel jadeaba como un animal, empujando su miembro cada vez mas fuerte dentro de mi y arrancandome gritos. Gritos que yo cada vez los lanzaba mas fuerte, con la intencion de que Elena nos escuchara. Me prendia la idea de que mi amiga bajara de su recamara y me encontrara teniendo sexo con su padrastro.

-'Ahhh, ahhhh más, papi, máaaassss! Deme mas, don Miguel, deme mas. Revienteme, partame en dos pero no deje de cogermeee! -le gritaba.

-'Asi mi niña, asii es como queria tenerte. Tenias toda la tarde calentandome que si no te cogia me ibas a volver loco' -me decia don Miguel entre jadeos.

-'Aahh ... Fólleme, cójame. Haré cualquier cosa por ti papá' – le dije gimiendo, tratando de imitar la voz de Elena y ronroneando como una gata en celo.

Don Miguel no podia soportarlo más a medida que su verga se ponia más y más dura dentro de mi, especialmente cada vez que escuchaba que lo llamaba papi. Senti su verga expanderse dentro de mi, provocandome mi segundo orgasmo de el dia.

-'Ahhhhhhhuuuggg!, Si, siii, asiii papii, asiiii! -gritaba yo desesperada al sentir la verga de don Miguel partiendome en dos en cada embestida.

-'Asi hermosa, asii...aprietamela, aprietamela toda' -decia don Miguel mientras me pompeaba con furia.

Envolví mis brazos y piernas alrededor de su cuerpo, y nos movimos salvajemente al unísono. Se sentía como si fuéramos uno. En poco tiempo, el sudor de nuestros cuerpos comenzó a mezclarse, lo que parecía aumentar nuestra pasión. El peso de su cuerpo encima de mí, su olor varonil, su torso aplastando sensualmente mis senos, todo se agregó a la experiencia erótica para mí.

A diferencia de muchas de mis relaciones previas, el saber que don Miguel estaba casado, que estábamos haciéndolo en la cama que compartía con su esposa Marel, y que su hijastra Elena estaba en la otra recamara y que en cualquier momento podía descubrirnos, me prendía de una manera como ninguna otra vez anterior. Quería que continuara, quería sentir su venida dentro de mi. Pero también quería enloquecerlo y satisfacer mi morbo. Por lo cual decidí jugármela y sugerirle algo para prender mas el momento.

-'Espere don Miguel...espere! No se venga aún. Traiga su cel, traigalo. Necesito guardar este momento! -le dije, deteniendo sus poderosos embates.

-'Que cosa se te ocurrió, loquita? -me dijo don Miguel, algo decepcionado de que lo detuviera, pero lleno de curiosidad .

-'Solo tráigalo. Quiero que me grabe! -contesté,

Vi como los ojos de don Miguel brillaron al escucharme. Yo era su trofeo y la idea de grabar el momento era algo que definitivamente no podía dejar pasar. Sacando su miembro de mi empapada vagina, se acercó a donde estaba su ropa tirada en el suelo y no tardó ni un segundo en regresar con su celular en la mano, poniéndolo inmediatamente en modo cámara.

Tomándolo por completa sorpresa, lo abracé y rodamos los dos hacia la cama, cambiando de posición, y ahora yo estaba encima de él. Miré hacia abajo, y nuestros ojos se encontraron.

-'Métamela hasta adentro' -gemí roncamente.

Puse mis manos sobre su velludo pecho, y colocando con mis manos su erecto miembro, lo dirigí a la entrada de mi vagina, la cual hambrienta lo engulló toda, llenándome por completo. Estaba encima de el, empalada en su dura verga, con don Miguel grabándome con su celular. Tenia yo mi cuerpo y manos libres, lo que me facilitaba el apalancamiento y tomar el control. Siempre me ha resultado más fácil tener un orgasmo en esta posición cuando podía controlar la inclinación y los movimientos. -

-'Aggghhh, sii.....siii. Cojame así rico, don Miguel! Estas viendo esto, Marel? Lo estas viendo?? Así es como se coge a un hombre. Me estoy cogiendo a tu macho! Ahora es mío, nomas miooo! -gritaba yo dirigiéndome a el celular, como si me estuviera dirigiendo a la esposa de don Miguel.

-'Ufff....eres el demonio, pequeña! Eres el diablo en persona...! -decía don Miguel. Mis palabras lo habían tomado por sorpresa, pero era demasiada la calentura que lo pasó por alto y empezó a darme vergazos mas y mas fuerte justo al oírme hablar.

-'Así es como se complace a un macho. Asiii como lo estamos haciendooo! Aprende Marel, veeme como complazco a tu hombre. Mirameeee! Augghhhh!! -grité yo fuera de si, sintiendo como la reata de mi amante se enterraba mas en mis entrañas. Mis palabras lo estaban volviendo loco. Empecé a moler mi pelvis en él cambiando el ángulo, por lo que su gruesa verga estaba perfectamente contra mi clítoris.

Me movía yo de arriba hacia abajo, haciendo que mis enormes tetas rebotaran violentamente. No me contuve y después de un minuto más o menos estaba temblando encima de él mientras mi orgasmo sacudía mi cuerpo. Mi vagina empezó a soltar chorros, empapando a don Miguel y las sabanas de la cama. Cuando terminé, él estaba mirándome directamente a los ojos. Estaba también por venirse, podía sentirlo en su mirada. Continuaba moviéndose en mi, tratando de llegar al orgasmo.

-'Podría cogerte todo el día' -dijo entre jadeos.

-'Córrete conmigo, papi. Lléname de leche. Préñame. Hazme lo que quieras. Soy tu perra, soy tu puta y tu eres mi dueño esta nocheee' – le dije tomando aire y tratando de recuperarme de mi venida. Don Miguel seguía grabándome y quería yo darle la mejor de las cogidas.

-'Si mi baby, sii... muévete más, déjame venirme dentro de ti. Me encantas! No puedo creer que tras esa carita de niña buena se esconda un maldito demonio' -dijo don Miguel, con la cara descompuesta por el esfuerzo y la calentura.

-'Oiste Elena? Oisteee?? Tu papi me va a preñar, me va hacer un hijo. Te vamos a dar un hermanito! Ven! Ven culera! Mírame como me estoy chingando a tu padrastro! -gritaba yo fuertemente hacia el celular con toda la intención de nuevo de que Elena nos escuchara. Realmente deseaba que Elena bajara y me encontrara encima de su padre. Y si no era esta noche, sería otro dia. Pero de que iba a pasar iba a pasar, me prometí a mi misma.

Él aumentó el ritmo un poco, y apreté mis músculos vaginales tan fuerte como pude, algo que habia aprendido a hacer y sabía que los hombres amaban sentirlo. Su verga se sintió tan grande dentro de mí mientras continuó empujando. Su respiración comenzó a cambiar, y supe que se estaba acercando. Unos momentos más tarde, sentí su cuerpo comenzar a ponerse rígido y temblar, y me dejé llevar. Simultáneamente, su pene latió dentro de mí y pude sentir su semen entrar en mi vagina.

-'Agggghhh, sii! Asiii, tómalos Amy.....toma mi lecheee! -gritó don Miguel de forma desesperada mientras dejaba su semilla en mí.

-'Si papi, siiii! Lléname toda mi vida, lléname como llenas a tu puta esposa! -le dije tratando de darle una ultima calentada que provocara aun mas su orgasmo.

Uno, dos, tres chorros chocaron contra mis adentros, llenando mi útero de sus mecos viscosos. Estaba tomando la pastilla, si no seguramente hubiera terminado embarazada esa noche.

Me desplomé sobre él mientras ambos luchamos por recobrar el aliento. Desde mi despertar al sexo, había tenido compartido mi cama y mi tiempo con verdaderos sementales.

Sin embargo, esta noche, este hombre y esta experiencia abrían una puerta que definitivamente era algo nuevo para mi, Mi mundo se sintió perfecto, y no había otro lugar en el que hubiera preferido estar. -'Amy......te estas cuidando, verdad? -me preguntó don Miguel, recuperando el aliento y la conciencia de lo que acabábamos de hacer. -'Jajaja Si, no sea tontito. No pasa nada, no se preocupe. Estoy tomando la píldora. Puede venirse todas las veces que quiera en mi' -le dije dándole un beso, y sintiendo como su leche empezaba a salir de mi hinchada vagina.

Puse una mano en la entrada de mi vagina, para impedir que saliera su semen de mis adentros. Tenia en menta una ultima diablura que hacer y no quería perdérmela.

-'Tengo que irme a acostar, no vaya ser que Elena se despierte y nos encuentre así' -le dije.

-'Jajajaja, hace unos minutos no parecía preocuparte eso Amy' – me respondió don Miguel acercándose a mi para besarme.

-'Le molestó? O lo volvería a hacer? -le dije acariciando su miembro ya flácido, llenando mis dedos de su pegajoso semen.

-'Lo haría mil veces y otras mil veces mas. Eres el diablo y seguramente me causaras problemas, niña. Pero prefiero eso a no volver a tenerte en mi cama, Amy' -me dijo al tiempo que nos besamos metiendo nuestras lenguas en nuestras bocas de forma impúdica.

-'Ok, conste. Porque yo también quiero volver a probar ese pedazote de carne que tiene entre las piernas. Pero por ahora me voy a acostar. Me dejó bien cogida. Mañana le doy mi número para mensajearnos y que me mande el video. No lo vaya a borrar y si lo borra mándemelo primero, si? -le dije despidiéndome mientras me dirigía a hacia la recamara de Elena, poniendo mi mano en mi vagina para impedir que el semen de don Miguel saliera de mi.

Habia hecho mal al meterme con el padrastro de mi amiga? -pensé para mis adentros.

No lo sabia en ese momento, pero de lo que estaba segura era de que tenia que hacerlo de nuevo.

Epilogo:

Entré a la recamara de Elena silenciosamente, para evitar despertarla. Lo cual no fue gran esfuerzo, pues mi amiga estaba totalmente dormida y roncando a boca abierta tirada en la cama, tal si estuviera en coma. Si no había despertado con mis gritos, menos escucharía mis pasos que sigilosamente daba hacia la cama.

Poco a poco me subí a la cama, y me posicioné encima de Elena, sobre su rostro. Con mi mano libre abrí mas su boca y me acomodé poniendo mi vagina justo arriba. Quité la mano que tapaba la entrada de mi vagina, y pujando empecé a dejar caer la gran cantidad de semen que guardaba en mi, la cual inmediatamente empezó a escurrir dentro de su boca abierta.

Elena empezó a toser al sentir el liquido en su boca, pero hábilmente le cerré sus labios, forzándola a tragar el semen de su padrastro. Reí para mis adentros por semejante locura que estaba haciendo con mi amiga. Pero como lo dijera don Miguel hace unos minutos, soy un demonio y me encantaba la idea de seguir siéndolo. Me calentaba horrores ver como Elena tragaba el semen de su padrastro.

-'Buenas noches, Elenita. Espero te haya sabido rico el regalito que te traje' -dije mientras le daba un pequeño beso a mi amiga en sus labios entreabiertos, acomodándome a su lado para dormir.

FIN DEL RELATO

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