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jueves, 11 de abril de 2019

Cuento de terror : El sacrificio

Un cuento corto de terror macabro llamado "El sacrificio".

Cuento de terror : El sacrificio

Cuento de terror : El sacrificio

Mi esposo Esteban y yo estábamos teniendo muchos problemas y estábamos al borde de la separación.
Empezamos a vivir separados y esto destrozó a nuestra pequeña Vanessa.

Vane sólo tenía 13 años y se echaba la culpa de nuestra separación, últimamente pasaba mucho tiempo sola y encerrada.
Me preocupaba mi pequeña pero también mi matrimonio; cuando Estaban dijo que se hartó de nuestro matrimonio caí en una profunda depresión. Todo me daba igual al cabo de 4 semanas empecé a notar a mi hija más deprimida que yo. Traté de animarla pero nada que podía.

Luego de un fin con su papá regresó a casa y yo fui a comprar algo para cenar. Lo que vi al llegar nunca lo voy a olvidar, mi hija, mi pequeñita estaba como un péndulo en la sala de nuestra casa, no podía entender como una niña pudo ahorcarse.

Hace 11 mi Vane murió, su padre ha estado conmigo todo el tiempo, su amante, quien fue la razón de nuestra separación murió misteriosamente en su casa y Esteban sólo se aferró a mi como nunca. Hoy esperamos un bebé. Unas semanas después de lo sucedido encontré una carta de Vane que decía: >>Mami me cansé de verte sufrir, cuando yo lloraba en mi cuarto una especie de sombra negra me consolaba y me ofreció un trato, sólo tenía que darle mi alma por un tiempo que el se encargaría de juntarlos y que luego yo volvería a ustedes, mami nunca me había sentido tan acompañada, todo gracias a esta sombra con manos frías. Volveré, espérame<<
Ahora cada vez que digo Vanessa algo en mi vientre se mueve. Hoy me hice la ecografía y tendré gemelas, me pregunto a quien mas nos traerá Vanessa con ella solo queda esperar el gran día

Autor : Desconocido
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Cuento de terror : Cómo te llamas?

"Cómo te llamas?" un cuento de terror basado en hechos reales escrito de manera anónima.

Cuento de terror : Cómo te llamas?

Cuento de terror : Cómo te llamas?

Debido a lo que me dedico trato con muchas personas en diferentes lugares esta historia me la contó un Joven al cual acudí ayudar por petición de su familia después de haber vivido la historia que les narrare...
Fue hace varios años en una comunidad de Choluteca en Honduras (mi país) llegue al lugar a eso de las 8:00am pues me habían pedido llegar lo mas temprano y rápido posible, entre y encontré en aquella humilde vivienda una familia de cuatro personas dos ancianos Don Juan y Doña Maria ( quien me llamo) pidieron a su nieto que me llevara a la recámara de su tío para que lo ayudará y así lo hice luego de varias horas el joven hombre pudo estar tranquilo y luego de comer me dijo venga conmigo ahora le contaré todo...
Este joven hombre se dedicaba a la construcción tenia poco mas de 27 años y vivía con sus padres y su sobrino en las afueras del pueblo era muy amable y coqueto se gastaba el tiempo entre su trabajo su familia y de vez en vez iba al pueblo al billar, me cuenta el que desde hace unos quince días atrás cosas raras le ocurrían pero no les dio importancia, unas 3 noches antes uno de sus amigos le dijo en el billar que se quedara en su casa a dormir pues pasaban las 12pm y era peligroso, a lo que el respondió en tono burlón que el no era cobarde y su amigo le dijo: amigo por estas fechas (Se acercaba semana santa) anda el Uñudo (asi le dicen al Diablo) suelto mejor no se vaya!! Pero el dice respondió con voz segura y fanfarrona: Ojala me salga, yo a ese jodido no le tengo miedo!!! Cuenta el que ese fue su peor error, pues esa noche se fue del billar a eso de las 2:00am y dice haber sentido que alguien lo seguía todo el camino, su casa quedaba a las afueras del pueblo debía cruzar un puente grande para atravesar un río y luego un trayecto largo y solitario hasta su pequeño rancho, el me contó como a la siguiente noche no quiso salir, pero luego de dos días después de aquella charla decidió que a las 5 de la tarde y el estaba listo para salir, cuenta que su mamá, intento persuadirlo de hacerlo pero sus intentos fueron inútiles llegó al pueblo y en compañía de sus amigos y de algunas hermosas muchachas las horas transcurrieron casi sin darse cuenta, para variar en aquella ocasión se había emborrachado y al trascurso de la noche su borrachera era mayor ya casi ala media noche su malestar crecía por lo que decidió despedirse y marcharse, sus amigos le propusieron acompañarlo a lo que el se negó pues tenia intenciones de mojarse la cara al final del río y aliviar su borrachera, pasaban de las 12am y cruzaba el puente un silencio inmenso y un frío terrible lo empezó a rodear un ruido fuerte llamo su atención pero antes de que lograra reaccionar un fuerte tirón de sus pies lo lanzo con gran fuerza al suelo el golpe lo aturdió y entre el dolor y la confusión diviso como una criatura de rostro y cuerpo de perro con manos de hombre y patas de cabra lo tomaba de los tobillos y con fuerza sobre humana y gran velocidad lo arrastro hacia lo espeso de la montaña abandonando el camino hacia su casa o el pueblo, lleno de miedo gritaba y se retorcía tratando de librarse pero todo esfuerzo era inútil, cuenta que el terror era tan grande que de su borrachera no quedaba nada aquella cosa lo arrastraba a través de la obscuridad en el suelo a gran velocidad no sabe cuanto duro aquella terrible carrera pero si que nunca dejo de gritar, de pronto y en medio de la obscuridad total aquella criatura paro pero el no podía moverse le costaba incluso respirar, sintió como aquella cosa le tomo por el cuello y lo coloco en algo como un árbol, se paro frente a el que esta petrificado del miedo y con voz fuerte y espeluznante le dijo: Así que no me temes, pues bien eso es bueno ahora te llevare a un lugar donde cambiaras de opinión, eres fuerte y me serás útil! Sonrió macabra mente, Eres el diablo? balbuceo, a lo que respondió: El mismo!!!
No podía mover ni un solo musculo aquella terrible afirmación le hizo orinarse en sus pantalones, no podía respirar un frío cruel le rasgaba los huesos y ni siquiera los muchos rezos que su madre le había enseñado desde niño parecían ayudar de pronto su mente estaba aturdida y no recordaba nada mas que como decir "Padre nuestro" intento con todas sus fuerzas pero las palabras no salían de su boca, de pronto aquel ser vino a el y muy sonriente le dijo vamos ya es hora lo sujeto del cuello como si fuese muñeco y algo comenzó a crujir y ante sus ojos llenos de pánico vio como una pared de piedra se partía en dos todo tronaba y un calor sofocante y un hedor musiabundo entre azufre y hierro fundido se mezclaban e inundaban todo, el paralizado ante lo que veía supo que era su final y en un instante antes de entrar un bendito instante según el, aquél tipo lo tomo fuertemente le desgarro los pocos trapos que le quedaban después de aquella violenta carrera y con voz cruel le dijo: Como te llamas, con que nombre he de marcar tu entrada a mi reino?!!! A lo que este sin pensar y lleno de dolor pues sabia que moriría contesto entre balbuceos y espasmos lleno de miedo: Me llamo Santos Jesús Garcia"
De inmediato aquel ser malévolo lo soltó con gran ira y fuerza arrojándolo al suelo casi al mismo instante en que un aullido espeluznante salía de el, ese horrible grito cuenta el jamás lo olvidará, le maldijo una y otra vez y lo último que le dijo fue: Que te valga esta maldita vez aléjate de mi presencia y no Oses jamás volver a mencionarme y lo arrojo lejos como si fuese piedra,, perdió la conciencia según cuenta y no recuerda nada mas, hasta que me vio a mi según me dice...
Esto en realidad le sucedió a Chuy como todos le decían en el pueblo cuando yo lo fui a visitar tenia 8 días de haber aparecido y una terrible fiebre, estuvo perdido por 15 días antes de aparecer mal herido y desnudo en una montaña de Pespire en Choluteca Honduras.
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miércoles, 10 de abril de 2019

Madres asesinas

¿Cómo una mujer puede matar a su propio hijo?

Madres asesinas

Los aberrantes asesinatos de Luciana, de 3 años, y de Priscila, de 7, quienes habrían muerto luego de la brutal golpiza que les habrían propinado sus progenitoras, conmocionan al país. ¿Por qué una madre puede cometer un acto de odio irracional y criminal contra su propia descendencia?

Palizas bestiales, insultos constantes y un imperdonable maltrato son solo algunos de los denominadores comunes en las tristes historias de ambas niñas, cuyas vidas habrían terminado, paradójicamente, en manos de las mismas mujeres que las trajeron a este mundo: sus madres.

En una entrevista con Infobae, el doctor Daniel Alejandro Navarro - jefe de sección del hospital psiquiátrico Borda, médico consultor en psiquiatría y psicología médica, y especialista en medicina legal forense- explicó que el maltrato infantil es un claro indicador de un trastorno psiquiátrico en las personas que lo ejercen y denota una incapacidad para ejercer la función materna, al tener que acudir a la violencia física para intentar educar a los niños, que terminan siendo víctimas de agresiones que les generan problemas emocionales graves.

"Hasta hace pocos años el castigo corporal era considerado una técnica de educación que se usaba hasta en las escuelas. Hoy sabemos que es imposible educar con la violencia y el terror, y esa conducta está penada por la ley. La capacidad de matar a una hija ocurre en circunstancias extraordinarias, por eso la conmoción que provoca este tipo de noticias, ya que lo habitual y esperable es cuidado y protección por parte de la madre hacia sus descendientes", explicó el doctor Navarro.

"Estas mujeres se encuentran en las fronteras de la normalidad, con graves trastornos de la personalidad, que si la asociamos con el abuso de alcohol -como en el caso de la mamá de Priscila- nos topamos con un sujeto con incapacidad para relacionarse afectivamente, violento, agresivo, sin control de los impulsos. En este caso, el alcohol parece haber sido el gran auspiciante de esta muerte. El alcohol -esa droga de venta libre y promocionada por televisión que nos asegura un encuentro amoroso con el otro- en este caso, y en la vida real, es el encuentro con la muerte, propia, de terceros, o, como en este caso, de nuestros hijos", indicó el especialista.

Pero, ¿éstas mujeres pueden ser declaradas inimputables en juicio o saben realmente lo que están haciendo? Navarro aseguró que la declaración de inimputabilidad no se corresponde con un acto o con un cuadro psiquiátrico, sino que surge de evaluar que en el momento del hecho la persona no haya podido -ya sea por insuficiencia de sus facultades, por alteraciones morbosas de las mismas o por su estado de inconsciencia, error o ignorancia de hecho no imputables- comprender la criminalidad del acto o dirigir sus acciones.

Significa que comprende el acto que ejecutó y las consecuencias jurídicas del mismo que intenta evadir, lo cual la ubica como alguien con capacidad para comprender el delito cometido", sostuvo el profesional. Pero antes de llegar al terrible extremo de matar a una hija, estas madres dan claras señales de peligrosidad
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Cuento de terror : Ezquizofrenia paranoide

La noche cayó, yo sólo contemplaba los minutos pasar en el reloj sobre mi muñeca mientras arreglaba los últimos detalles de mi atuendo.
Quería verme bien para Patricia, quería impresionarla. Quería hacerla ver que puedo ser digno de ser visto a su lado, que no debo pasarla a su sombra todo el tiempo.

¿Qué es de un aniversario sin rosas?
Tomé el gran ramo de rosas que compré para ella por la tarde.
Rojas, como ese rojo perfecto de sus labios.
La hora esperada llegó, me levanté del sofá y me encaminé hacia la casa del académico en la cual nos conocimos.
Los nervios se apoderaban de mi cada vez que me acercaba más y más a la reunión, mi corazón se aceleraba con sólo imaginar que ahí estaría ella, tan perfecta como siempre.

No comprendo como una joven de 23 años puede provocarle nervios a un hombre mayor como yo, pero me encanta. Me hace sentir tan joven, tan lleno de vida.
Finalmente llegué, me detuve frente a la puerta unos minutos antes de pasar. Apreté los puños dándome valor para verla y hablar con ella sin titubeos, suspiré y me adentré en aquella casa.

Di un par de vueltas por el piso de abajo intentando encontrarla entre la multitud.
Suelo pasar desapercibido en reuniones o eventos así, pero esta vez me era imposible. ¿Cómo no notar a un hombre de 40 años con un enorme ramo de rosas en mano?
Escuchaba murmullos y vagas risas, sabía que se trataba de mi.
No encontraba a Patricia por ninguna parte, así que pensé que estaría en el mismo lugar en el cual nos vimos por primera vez.

Subí apresurado hasta el tercer piso.
Me detuve por un instante al escuchar su voz alterada, parecía discutir con alguien.
Lo primero en lo que pensé fue en correr por ella, pero mi cuerpo no reaccionaba.
Las voces parecían venir de una habitación a unos pasos del baño, su voz cada vez sonaba más exaltada. No podía dejar que alguien le hiciera daño, debía defenderla a cualquier costa.

Es Patricia, "mi Patricia,"
Corrí hacia el baño, debía encontrar algo con que pelear, pelear por ella.
Un par de tijeras un tanto oxidadas era todo lo que tenía, no necesitaba más,
la puerta de la habitación estaba entreabierta, pude ver a un hombre dándome la espalda, su novio tal vez, sujetando de los brazos con fuerza a Patricia.

Las rosas cayeron al suelo, sólo podía apretar mi puño con las tijeras,
le alzó la mano, estaba a punto de golpearla,la gota que derramó el vaso.
La adrenalina se apoderó de mi, entré de golpe en la habitación y me lancé sobre él, dejando caer las tijeras a un lado,
el intentaba defenderse, quitarme de encima suyo pero era inútil
golpe tras golpe, no podía detenerme, sólo quería ver sufrir a ese bastardo que quería ponerle una mano encima a mi a mi Patricia.
Podía escucharla gritar, pidiendo que me detuviera, pero de nada servía.
"¡Guillermo, basta, vas a matarlo!", gritó ella.
Eso quería, quería matarlo, quería acabar con la vida de cualquiera que se atreviera a hacerle daño.
Los puños me dolían, mis nudillos estaban llenos de sangre, el parecía casi inconsistente, pero yo sabía que aun respiraba.

Podía verlo en el leve movimiento de sus pulmones inflarse de aire,
no me era suficiente verlo así,
alcancé a tomar las tijeras del suelo, mi respiración se agitaba cada vez más, sabía lo que iba a hacer, sabía que quizás estaba mal, pero algo dentro de mi pedía hacerlo.

El silbido de las tijeras subiendo y bajando se volvió en una hermosa melodía,
Patricia gritaba aterrada al entrar a la habitación junto con un par de hombres bastante fornidos, ni siquiera había notado en qué momento había salido de la habitación.
Yo sólo podía sonreír mientras observaba las tijeras firmemente clavadas en su cuello, veía como se ahogaba con su propia sangre, el suelo se teñía de rojo.
Ese rojo de las rosas que compré para ella.

Ese rojo tan perfecto de sus labios.
Todo yo temblaba, era una adrenalina increíble, hasta cierto punto bastante excitante.
- ¿¡QUÉ FUE LO QUE HICISTE, GUILLERMO!? - Gritaba ella horrorizada mientras aquellos hombres me tomaban de los brazos para apartarme del cuerpo.
- ¡Ahora podremos estar juntos, no hay nada que nos lo impida! - Sonreía admirando la obra de arte que acababa de crear".
- ¿ESTAR JUNTOS? ¿¡QUÉ PARTE DE QUE NO ESTAREMOS NUNCA JUNTOS NO ENTIENDES!? - Gritó ella.
¿Nunca? ¿Acaso lo que acabo de hacer por ella no le parece suficiente? La observé con confusión, luego la ira volvió a apoderarse de mí.
- ¿¡POR QUÉ NO!? ¿¡QUÉ MÁS TENGO QUE HACER PARA QUE ME AMES!? - Grité, intentando liberarme de aquellos hombres que me sujetaban con fuerza.
- ¡GUILLERMO, ENTIÉNDELO, YO JAMÁS ESTARÉ CON UNO DE MIS PACIENTES!
Mi mente quedó en blanco.
- ¿De qué demonios hablaba? ¿¡Paciente!? ¿¡Sólo soy parte de un experimento para ti!? - me enfurecía cada vez más, no podía creer que fui utilizado como un conejillo de indias.
Pude haberlo aceptado si no fuese tan malagradecida.
- ¡¡SABÍA QUE TENÍA RAZÓN, SABÍA QUE AÚN NO ESTÁS LISTO!!
- ¿¡Listo para qué!?
- ¡PARA SALIR DE ESTE MALDITO LUGAR, EL MANICOMIO POR DIOS.....
No comprendía nada.
¿Qué lugar un manicomio? No, yo no estoy loco. No puedo estar en ningún manicomio. No yo. No puedo.
Comencé a hiperventilar, a gritar, a llorar de rabia.
Todo esto es mentira, es una vil mentira.
Uno de aquellos hombres sacó una aguja de su bolsillo, quizás quería drogarme para hacerme daño,
mis intentos por liberarme fueron inútiles, sólo podía sentir como aquel líquido transparente era inyectado en mi brazo.
Todo se tornaba borroso, quizás alucinaba,
recuerdo que las paredes de aquel cuarto se volvieron blancas y lo último que pude ver fue aquél cuerpo tirado en el suelo, con lo que parecía ser una bata blanca teñida de rojo.
No supe más de mi caí al suelo,
Desperté sólo en una habitación blanca, acolchada. Intenté moverme, pero una camisa blanca llena de cinturones me lo impedía.
¿Qué hacía ahí? ¿Por qué tenía una camisa de fuerza? ¿¡Dónde estaba mi Patricia?
- ¡PATRICIA! ¡AMOR! - Comencé a gritar con todas mis fuerzas, pero nadie respondía.
La desesperación comenzaba a consumirme, hasta que vi una silueta cerca de la pequeña ventanilla que había en una de las paredes era ella, estaba seguro de que era ella.
Con esfuerzo logré acercarme a la ventana para hablarle.
- ¡AMOR! ¿¡QUÉ ESTÁ PASANDO!?
Ella no respondía, sólo podía observarla con su mirada perdida hacia el suelo mientras abrazaba una tabla con un montón de hojas.
- ¡AMOR, MALDITA SEA, DIME POR QUÉ ESTOY AQUÍ!
Suspiró.
- Te he explicado esto tantas veces que es inútil volver a hacerlo.
- ¿¡Explicarme qué!? ¿¡De qué mierda hablas!?
Tomó una de las tantas hojas de aquella tabla y comenzó:
•Guillermo Villegas Ochoa.
•40 años.
•1.78 m.
•76 kg.
•Se alimentaba de alucinaciones auditivas, así como visuales...
Paranoia extrema, delirios de persecución, alucinaciones.
No podía creerlo, quedé paralizado. No quería escuchar nada más.
-... Esquizofrenia paranoide. - Fue lo último que la escuché decir.
Y me Perdí en mi mente.....

Cuento de terror : Ezquizofrenia paranoide

Autora : Lili
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Cuento : La confesión

El cura oyó la puerta del confesionario abrirse y supo que debía seguir con lo que se le había encomendado por orden divina.

—Hijo mío —díjo el cura, con un tono confortante, suficiente para inspirarle confianza al recién llegado—, siéntete libre de confesar tus pecados y el perdón de Dios será digno de ti.

El sujeto aún no dijo nada luego de que el cura terminara de hablar. Al cura incluso le dio la impresión de que el hombre había girado su cabeza y ahora lo miraba fijamente a través de la rendija. Cuando le iba a preguntar si se encontraba bien, él habló.

—¿Padre Saul? —dijo, con una voz que provocó en el cura un escalofrío que recorrió su espalda, y que no se detuvo hasta llegar debajo de su nuca. La voz parecía más un chillido, de manera que el cura no pudo determinar si se trataba de un hombre, una mujer o un niño. Pero lo que más le intrigaba era que el recién llegado sabía su nombre, cuando apenas esa semana había sido trasladado a la iglesia.

—Dime hijo —respondió el cura, aún desconcertado.

—Padre, he pecado —dijo el sujeto haciendo ruidos extraños al moverse, quizá por los nervios—. He hecho mal, y necesito su perdón.

—Cuéntame hijo, ¿qué pecados has cometido?

—¡Eso no te interesa! —gritó el sujeto, quien ahora sí, aseguraba el cura, estaba pegado a la rendija que los separaba.

—Hijo mío, no puedo concederte el perdón de Dios si no me confiesas tus pecados —le dijo, realmente sorprendido por su reacción tan violenta.

—Como gustes, Saul —contestó él, y a continuación le detalló todos y cada uno de los pecados que había cometido.

Hubo silencio durante unos segundos.

—¿Estás arrepentido, hijo mío?

—Sí, lo estoy —respondió el sujeto, quien, según el cura, pareció soltar una risita al terminar de hablar.

—Entonces por las facultades que me concede la Iglesia, y por intersección de Dios Todopoderoso, te concedo el perdón en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Al terminar de hablar, una carcajada estruendosa hizo al cura saltar de su asiento. Esa risa terrible y un olor a animales muertos lo impulsaron a salir del confesionario para entrar a la parte contraria del mismo, en donde se suponía que estaba la persona que se había confesando.

Al entrar no vio a nadie, solamente sintió el terrible olor que se había impregnado. Pero cuando levantó la vista, vio en la pared de madera algo rasgado aparentemente con las uñas, que decía:

“FÍJATE BIEN A QUIÉN LE CONCEDES EL PERDÓN”.

confesion

Autor : Desconocido
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La hermana gemela muerta

Una historia de terror muy buena, genial para compartir o narrar. "La hermana gemela muerta". Que la disfruten.

La hermana gemela muerta

Historias de Terror : La hermana gemela muerta

Somos hermanas aun cuando mamá diga que no existes. Mamá siempre dice que estoy mal, por ese motivo desde muy pequeña me lleva al psicólogo; ese viejo que me hace preguntas tontas e intenta convencerme de que miento cuando hablo de ti, pero no me importa, porque a pesar de todo, siempre estaremos juntas.

Recuerdo cuando estaba muy pequeñita, jugabas conmigo en la cuna y me hacías reír, siempre me has hecho reír. En la escuela te sentabas a mi lado, solías hacer garabatos en los cuadernos, rayar mi pupitre y tirarle papelitos a los demás, por eso me castigaron muchas veces; Les dije que yo no era la culpable y les hablaba de ti pero empezaron a verme distinto y muchos niños me llamaban “la loca”, pero no me importó porque tu compañía sanaba todo disgusto, incluso me ayudaste a darles su merecido, encontraban ratas muertas en sus mochilas o partes de sapos.

Comenzaron a temerme y dejaron de molestarme, aunque se que hablaban pestes a mis espaldas.
Estuviste a mi lado cuando di mi primer beso, lose porque ese niño andaba contando que le había hecho brujería porque no quería besarme y de pronto, algo como una presión lo inmovilizó y lo besé a la fuerza. No me hablo de nuevo, me miraba y palidecía, pero no me importó, dejó de gustarme, sus labios no fueron lo que pensaba. Y también estuviste conmigo ese día en la escuela cuando un niño extraño se me metió al baño y me encerró, arremetió hasta manosearme con sus frías manos, entonces te apareciste y no sé lo que hiciste pero él me miró horrorizado, puso su mano en el pecho como si algo hubiese estallado dentro de él y se cayó al piso, encontraron su cuerpo muchas horas después, toda la gente se quedó pálida de la impresión por aquel rostro que mostraba un terror puro, nadie supo realmente que había sucedido

No sé porque tu cuerpo murió cuando nacimos, mamá cuenta que el doctor no pudo explicarle completamente lo que paso, pero me alegra que en el fondo tu nunca te fuiste, cumpliste con tu deber de hermana y por lo menos te puedo ver reflejada en los objetos, la gente piensa que hablo sola, pero no saben lo hermosa que eres, lo tierno de tu sonrisa, lo claro de tus ojos, lo hermoso que queda tu cabello cuando lo peino, la paz que siento cuando me abrazas.

Te gusta casi todo lo que a mí, amas los verdes prados, la sensación solitaria del campo, la sutileza que inspiran los lagos, las noches sin ruido y su manto de estrellas que esconden misterios, incluso te gusta el mismo chico que a mí, al igual que yo no dudarías en desflorar tu espíritu con él, los tres en un juego amoroso que tendrá lugar así él no lo desee, porque también me enseñaste eso, a obtener lo que se quiere no importa el costo, y lo queremos a él.

Lo único que en ocasiones me incomoda de ti es como enloqueces cuando algo te molesta, tiras las cosas de nuestra habitación como si fueras un tornado, mencionas palabras obscenas como si hubieras estado en una horrible prisión, incluso a veces empujas a las personas como lo hiciste esa vez con la tía que no me quiere, cayo por las escaleras y se golpeó tan fuerte que quedo confinada a una silla de ruedas; ya ni me mira, quizá es mejor así… siempre abría la boca para decir que yo era un fenómeno, y en el fondo quizá lo soy, pero lo que ella no sabe es que no soy solo yo, somos dos fenómenos y continuaremos juntas, hasta que la muerte nos separe o nos una más.....
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